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| (Foto: terra.com.br) | Darío Rodríguez le dió el triunfo al 'Carbonero' |
La garra fue el arma de triunfo que usó el carbonero para ganar el cotejo, una de las cosas que identifica, valoriza y marca el fútbol de ese país. Un centenario repleto, un recibimiento inimaginable y un gol que hizo romper las gargantas de un pueblo. Son suficientes, al parecer, para quedarse tranquilos por una semana. La siguiente es una guerra aparte.
Peñarol recibió en el estadio Centenario a Vélez, desde el inicio y en las previas se vivía como un ambiente a clásico. Algo que no es tan común en el Uruguay; ya que después de Nacional y Peñarol no hay nada más. Salida al campo y recibimiento de héroes, de aquellos que salen a defender la dignidad y el respeto por un país. Peñarol decidido ganar y Vélez decidido a no irse con un lesionado.
Vélez dueño del esférico y Peñarol de la garra y pierna fuerte. El gol llegó de puro empuje, que para el carbonero no es una estrategia sino algo que simplemente es…natural. Centro y cabezazo, cabezazo y gol. Gol y celebración, una que no se va a olvidar en mucho tiempo - salvo que cosas mayores sucedan en el Amalfitani-.En una semana se verá.
Vélez está en pie de lucha y no se rinde, es un histórico y es un guerrero. Peñarol no piensa que está dentro, ellos en su pensamiento están más fuera que dentro de la final. Y la cólera sobre ese pensamiento le dan el temperamento para poder ganar, simplemente eso: temperamento.




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